En una sesión de fotos, cada minuto cuenta. Entre la búsqueda de locaciones, el maquillaje, los cambios de vestuario y los ajustes de iluminación, el tiempo a menudo es ajustado. Con este ritmo frenético, no es raro que la ropa llegue arrugada, recién sacada de sus bolsas o maletas. Sin embargo, un pliegue mal colocado o una tela arrugada pueden arruinar la nitidez de una imagen, especialmente en alta definición. Para evitar estos inconvenientes sin perder tiempo, la plancha de vapor es un aliado imprescindible en todos los sets.
El problema de la ropa arrugada durante las sesiones de fotos
No importa con qué cuidado se transporten o almacenen, la ropa utilizada durante las sesiones fotográficas a menudo termina arrugada. Ya se trate de piezas prestadas por marcas, archivos de diseñadores o conjuntos confeccionados en el momento, su presentación debe ser impecable una vez en la pantalla. Planchar no es una opción viable in situ: la falta de espacio, la ausencia de un enchufe o de una tabla y la fragilidad de ciertos tejidos hacen que esta solución sea poco práctica.
Por qué el vaporizador es esencial en el set
El vaporizador está diseñado para cumplir con estas restricciones. Ligero, compacto y fácil de manejar, permite eliminar rápidamente las arrugas de cualquier prenda de ropa directamente en una percha . En tan sólo unas pasadas de vapor, la pieza recupera su caída natural sin contacto agresivo ni riesgo de abrillantar los materiales. Este gesto se convierte en un reflejo para los estilistas, asistentes y vestidores, que pueden ajustar un look justo antes de la toma. La plancha de vapor para fotografía evita así retrasos innecesarios y garantiza un resultado impecable, ya sea para un packshot, un editorial o una campaña publicitaria.
Ahorra tiempo, eficiencia, sin tabla de planchar.
El verdadero lujo en un set de fotografía es la eficiencia. El vaporizador permite intervenir en tiempo real, sin necesidad de instalar equipos voluminosos. No necesita tabla de planchar, plancha de calentamiento lento ni manipulación prolongada. En 30 segundos, el dispositivo está listo y la prenda vuelve a su forma original. Esta velocidad es crucial cuando el modelo encadena looks o cuando la luz natural impone un ritmo preciso. Además, el vapor desodoriza las habitaciones entre lavados, una ventaja cuando la ropa se usa varias veces durante el día.
Testimonios y anécdotas de tiroteos
Muchos estilistas nunca se desprenden de su vaporizador. Durante una sesión fotográfica al aire libre a 4°C, una estilista parisina confesó que utilizó su vaporizador conectado a un generador eléctrico portátil para alisar una gabardina justo antes de una foto decisiva . Otro recordó un espectáculo entre bastidores en el que el vapor salvó un vestido de satén que se había arrugado al llegar debido a un transporte torpe. Estas anécdotas ilustran hasta qué punto esta herramienta se está consolidando como un pilar logístico en todos los contextos creativos.
Consejos profesionales para el manejo de todo tipo de tejidos
No todos los textiles reaccionan de la misma manera al vapor. Sobre materiales gruesos como lana o denim, se recomienda pasar lentamente con la punta bien pegada al tejido para relajar adecuadamente las fibras. Para tejidos más delicados, como la seda, una pasada rápida de unos centímetros puede ser suficiente para eliminar las arrugas sin dañar el material. Un guante protector también puede prevenir quemaduras, especialmente al manipular objetos detrás de escena. Al dominar estas simples acciones, el equipo gana autonomía y puede gestionar eficazmente cada parte, sea cual sea su naturaleza.