Automne-hiver 2025 : les 5 tendances mode à adopter (vraiment)

Otoño-Invierno 2025: 5 tendencias de moda que (de verdad) debes adoptar

Cada temporada tiene sus obsesiones . Pero algunas dejan una huella más duradera que otras. Para Otoño/Invierno 2025, la moda no ha elegido entre comodidad y audacia. Simplemente ha decidido reconciliarlas todas. El encaje se codea con el denim , los lunares juegan con las rayas y el polo preppy coquetea con prendas que son todo menos clásicas. ¿El resultado? Siluetas fluidas, inesperadas y asertivas. Looks compuestos por capas, texturas e intuición. Menos reglas, más historias que contar.

El encaje se resbala por todas partes, todo el tiempo.

Confinado durante mucho tiempo al mundo de la noche, el encaje se abre paso en la vida cotidiana con una facilidad desconcertante. Pero ya no se trata de llevarlo como un total look romántico. En 2025, se superpone y se combina con lo inesperado. Un delicado vestido de encaje calado se lleva sobre unos vaqueros de cintura alta, una camisola bajo un jersey holgado, una blusa de cuello alto se olvida bajo un blazer estructurado. El contraste de materiales crea estilo: lo refinado se fusiona con lo natural, la preciosidad se relaja, y el encaje ya no es un símbolo de fragilidad, sino una textura con carácter.

El polo se libera de su pasado mundano

¿Quién hubiera apostado por el regreso del polo? En 2025, está en todas partes, pero en los lugares menos esperados. Atrás quedaron los armarios excesivamente formales y recatados de los colegios privados y las sesiones de golf dominicales. El polo se está volviendo poco convencional: combinado con una falda de lentejuelas, bajo un traje oversize o como un elegante contrapunto a unos pantalones de cuero. Llévalo ligeramente desabrochado, en materiales nobles o técnicos, y siempre con una prenda llamativa que rompa con su herencia preppy. Se convierte entonces en un terreno de juego estilístico, un punto de partida para looks que son todo menos consensuales.

Los guisantes se atreven a todo

¿Un motivo vintage atemporal? Quizás. Pero desde luego no está congelado. Esta temporada, los lunares se reinventan con audacia. Como un total look audaz, sí, pero también combinados con otros estampados: cuadros, rayas, incluso rayas de cebra. Aparecen donde menos te los esperas, en colores sorprendentes: amarillo azafrán, caqui grisáceo, ciruela eléctrico; y en materiales inusuales, como el cuero o el neopreno. El lunar pierde su lado retro y se convierte en un signo de puntuación gráfico, un acento visual controlado, casi arquitectónico. Una forma de imponer tu sello personal sin subir el tono.

Los pantalones harén se convierten en alta costura

Esta es probablemente la prenda más inesperada de la temporada. Olvídate de los clichés hippies: los pantalones harén están experimentando un cambio radical. Se rediseñan con elegancia, alargando la pierna en lugar de romperla y reivindicando una nueva silueta. En seda fluida, terciopelo denso, denim japonés, cuero texturizado o incluso encaje técnico, se cuelan en los armarios que apuestan por el corte recto. Combinados con un top ajustado o una camisa oversize, se convierten en un básico híbrido. Entre la comodidad extrema y la discreción refinada, imponen un nuevo código de sofisticación: el de la libertad.

Los flecos están por todas partes, sin nostalgia.

Asociados desde hace tiempo a los armarios bohemios o western, los flecos regresan este otoño/invierno con una energía renovada, más urbana y sofisticada. Ya no solo adornan bolsos o chaquetas con flecos de estilo festivalero; están redefiniendo el movimiento de la ropa. Una falda midi con flecos que sigue el paso, una capa gráfica con bordes cortados, un top de punto cuyos hilos flotan como una extensión del cuerpo... los flecos se están convirtiendo en un lenguaje visual. Nos gustan largos, limpios, casi arquitectónicos. Atraen la mirada sin exagerar, aportan dinamismo a las siluetas más discretas y ofrecen una alternativa sensual a los cortes rígidos. Una forma de hablar de estilo sin decir una palabra, solo con movimiento.





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La bufanda cae hasta la cintura.

Ya no se ata simplemente al cuello o la cabeza. La versión 2025 del pañuelo se usa simplemente como cinturón. Con vaqueros de cintura alta, un vestido fluido, pantalones cargo o incluso una falda entallada, se convierte en un accesorio distintivo. Estampado o liso, sedoso o texturizado, añade un toque de desenfado magistral a la silueta. Este gesto simple, casi instintivo, transforma un atuendo en una declaración de estilo. Y, además, el pañuelo es fácil de llevar, se lava fácilmente... y se puede alisar en segundos si es necesario.

Es en estos detalles donde un accesorio como el vaporizador realmente cobra vida. Por la mañana, al combinar tu conjunto con un pañuelo con cinturón o una blusa de encaje fino, no querrás empezar de cero por una arruga difícil de quitar. Una pasada rápida por el SteamCube basta para revitalizar una prenda que estaba esperando a ser despertada. Aquí, una vez más, la moda no busca la perfección, sino la actitud adecuada.

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