Realizar un mantenimiento periódico de tu lavadora es fundamental para asegurar su correcto funcionamiento, alargar su vida útil y garantizar ropa limpia en cada ciclo de lavado. Una máquina bien mantenida también ayuda a evitar malos olores, depósitos de cal y averías costosas. Aquí tienes una guía práctica para mantener adecuadamente tu lavadora y mantenerla en óptimas condiciones.
1. Limpiar el tambor
El tambor es el elemento central de la lavadora donde se coloca tu ropa. Con el tiempo, se pueden acumular allí restos de detergente, cal y suciedad. Para limpiar el tambor:
Ejecute un ciclo vacío:
Una vez al mes, realiza un ciclo de lavado en vacío a alta temperatura (al menos 60°C) con limpiador de máquinas o vinagre blanco. Esto ayuda a eliminar los depósitos de residuos y matar las bacterias que pueden causar malos olores.
Limpia el interior del tambor:
Después de cada lavado, deje la puerta de la máquina abierta para permitir que la humedad se evapore y limpie las paredes del tambor con un paño seco para evitar que se forme moho y hongos.
2. Mantener los sellos de goma.
Las juntas de goma alrededor de la puerta de la lavadora pueden acumular suciedad, residuos de detergente y moho, lo que puede provocar olores desagradables. Para evitar esto:
Limpiar las juntas periódicamente:
Utilice un paño húmedo con vinagre blanco o una mezcla de agua tibia y jabón para limpiar los sellos de goma. Asegúrese de limpiar las áreas ocultas donde se puede acumular agua.
Deja la puerta abierta:
Después de cada lavado, dejar la puerta de la máquina abierta para permitir que circule el aire y así evitar la acumulación de humedad en las juntas.
3. Descalcificar la lavadora
La cal se puede acumular en la máquina, especialmente si vives en una zona con agua dura. Esta acumulación puede reducir la eficiencia de su máquina y provocar averías. Para descalcificar la máquina:
Utilice vinagre blanco o un descalcificador específico:
Cada dos o tres meses, realiza un ciclo de lavado en vacío con vinagre blanco o un producto descalcificador. Esto ayuda a eliminar la cal y mantener el rendimiento de su máquina.
Instale un ablandador de agua:
Si vive en un área con agua muy dura, considere instalar un ablandador de agua para proteger su máquina y otros electrodomésticos.
4. Limpiar el cajón del detergente.
El cajón del detergente puede obstruirse con el tiempo debido a residuos de detergente líquido o en polvo. Esto puede provocar malos olores y una distribución ineficaz del detergente durante los lavados. Para mantener el cajón:
Retire y limpie el cajón:
Saca el cajón del detergente y límpialo con agua caliente y una esponja o cepillo de dientes. Asegúrese de enjuagar bien para eliminar cualquier residuo de detergente.
Limpiar la cavidad del cajón:
Utilice un paño húmedo para limpiar la cavidad donde se encuentra el cajón. Allí también se pueden acumular restos de detergente.
5. Mantener el filtro de la lavadora
El filtro de la lavadora atrapa pequeños objetos (monedas, pelusas, etc.) que podrían dañar la bomba. Es importante limpiarlo periódicamente para evitar obstrucciones:
Revisar y limpiar el filtro:
Consulte el manual de su máquina para saber dónde está ubicado el filtro. Generalmente se ubica en la parte inferior de la máquina, detrás de una pequeña trampilla. Retírelo y límpielo con agua corriente para eliminar residuos y objetos atrapados.
Haga esto cada dos o tres meses:
Limpiando el filtro periódicamente evitarás averías y mejorarás la eficiencia de tu máquina.
6. Utiliza los detergentes correctamente
El uso excesivo de detergente puede provocar residuos en su máquina, afectando su funcionamiento. Para optimizar el mantenimiento de su lavadora:
Respetar las dosis:
Utilice la cantidad de detergente recomendada según la dureza del agua y la cantidad de ropa. Demasiado detergente no mejora la limpieza y puede dejar residuos en la máquina.
Elija detergentes líquidos:
Se disuelven más fácilmente y dejan menos residuos que los detergentes en polvo.
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Cosas a recordar para una lavadora impecable
El mantenimiento regular de su lavadora es fundamental para garantizar su eficiencia y prolongar su vida útil. El mantenimiento preventivo, como la limpieza del tambor, las juntas, el cajón de detergente y el filtro, así como la descalcificación periódica, pueden evitar reparaciones costosas y garantizar una ropa limpia y fresca después de cada lavado.